El presidente autonómico, Emiliano García-Page, ha lamentado esta mañana, sobre el acuerdo entre el Gobierno central y Junts para que la Generalitat reciba las competencias en política migratoria, que España se encuentre inmersa “en un laberinto sin salida” donde “lo que le viene bien a uno, no les viene bien a catorce”, ha considerado, antes de advertir que “no podemos tener es una política de infarto tras infarto”.
En este sentido, ha defendido que “ningún Estado puede renunciar bajo ningún concepto a la competencia en fronteras y, por tanto, en emigración”, porque el control de las fronteras “es la expresión más elemental de soberanía”, y ha mostrado su descontento porque se esté “improvisando permanentemente la política”.
A preguntas de los medios tras la inauguración, este viernes en Marchamalo (Guadalajara), de las obras de modernización y mejora del CEIP ‘Cristo de la Esperanza’, García-Page ha invitado al Gobierno de España a que aproveche su próxima estancia en la finca toledana de Los Quintos de Mora “para pensar a dónde conduce esto” porque el país “no se lo merece bajo ningún concepto”.
“Ya es buena noticia que queden para pensar y me gustaría pedirles, por favor, que piensen muy en serio, porque hay muchas cosas con las que no se puede mercadear y con las que no se puede frivolizar”, ha manifestado.
Un Gobierno donde “se están ofreciendo compromisos imposibles”
Del mismo modo, se ha mostrado muy crítico con el hecho de que los independentistas catalanes, “por lo demás son supremacistas, cuando no xenófobos” estén planteando “que el Gobierno gobierne con camisa de fuerza. ¿Hasta cuándo y para qué?”, se ha preguntado, antes de criticar que “lo que quiere Puigdemont es poco a poco ir construyendo un Estado para el día en que quieran tenerlo propio”.
El jefe del Ejecutivo regional ha confesado sentirse “muy preocupado” por la deriva de la política nacional, “porque si las competencias las pidiera Vox, todo el mundo se rasgaría las vestiduras, pero las pide Puigdemont para lo mismo, y eso no tiene nada de progresista. Eso es exactamente reaccionario, pero sobre todo me parece constitucional, porque la competencia en emigración, como en fronteras, es estrictamente una función de soberanía a la que ningún Estado puede renunciar”, ha sentenciado.
En último lugar, el presidente García-Page ha advertido de que “se están ofreciendo compromisos imposibles”, algo que le resulta “desolador. Parece mentira que para sacar adelante unos decretos que son bien intencionados, de ampliación de políticas sociales, positivos, de ayudas a la gente, haya que estar mercadeando hasta con la soberanía nacional. Me preocupa que estas cosas sean objeto de mercadeo en el último minuto, porque un país serio no puede estar jugando con las cosas de comer de la manera que se está jugando”, ha apostillado.