Este sábado 27, con toda solemnidad, la localidad de Cañete inauguraba su XXIV edición de la Alvarada Medieval, cumpliendo así el objetivo de ser la fiesta histórica más antigua de la provincia de Cuenca y una de las más reconocidas a nivel nacional.
Sus Premios de Turismo, sus hermanamientos con Chile, Cuenca y Uclés y su Declaración de interés turístico regional, le avalan como un referente dentro del desarrollo cultural y turístico de nuestro panorama social.
La presencia de la Coordinadora provincial de Cultura de la JCCLM Yolanda Rozalén, de la Delegada de Igualdad Ana Eloisa Olmeda y del diputado provincial y alcalde de Vega del Codorno Rodrigo Molina, junto al público de Cañete que volvió a llenar la iglesia de San Julián, fueron testigos de la inauguración de esta edición.
El pregón inaugural fue impartido por el reconocido musicólogo Gabriel Alarcón, cofundador del grupo folk Alajú, los premios literarios, tanto el nacional de narrativa que fue conseguido por la escritora madrileña Gloria Fernández Sánchez, reconocida en el ámbito novelístico al tener en su haber más de cien premios, y los premios de Poesía “Flor de Romero” en su doceava edición, con más de veintisiete poesías escritas por niños y niñas de 3º, 4º y 5º de Educación Primaria, ocuparon la primera parte de una jornada intensa.
La alcaldesa de Cañete, la socialista Montserrat Poyatos, junto al cronista oficial de la villa, un servidor, fuimos los encargados de desgranar el ambicioso programa de actividades que ocuparán los nueve días de Alvarada Medieval, desde este 27 pasado hasta el domingo 4 de agosto.
Sin duda, la diferencia de este evento histórico-cultural con el resto de los que se desarrollan en la región castellano manchega está en el eje central que cada año cambia, en función de un marco cronológico histórico que oscila entre el siglo XIV y el siglo XVI. En esta ocasión, los distintos personajes y funciones desempeñadas en la corte del condestable castellano Álvaro de Luna, en aquel lejano siglo XV, serán los protagonistas de esta edición: “latinistas, algebristas, bufones, arlequines, mudéjares, judíos y moriscos”.
Así, el seminario universitario organizado y financiado por la UIMP en su delegación conquense, formado por cuatro conferencias, en las que tomarán parte la filóloga Pilar G. Couso o el investigador Emilio Guadalajara; así como la presencia del mago Adrián Blázquez; la obra de teatro que cerca de 20 actores de la localidad ofrecerán el próximo viernes, el reconocido mercado medieval con más de treinta puestos, la cena medieval del viernes, el ciclo de cine histórico, el famoso torneo de Legend, los juegos para niños y las luchas de los grupos de recreación histórica, serán parte de este ambicioso programa. Sin duda, uno de los máximos alicientes es el cierre de las puertas y el desfile de antorchas, incluso el nombramiento de los infantes, el vestir del caballero, los desfiles, el homenaje con desfile de caballos para el Comendador Mayor, que en esta ocasión ha recaído en Agrimiro Saiz, y las actividades musicales, con Zarabandas y Zascandil, ambientaran una edición esperada.
La inauguración de la exposición fotográfica “La mujer rural” a cargo de AFOCU y la muestra gastronómica final, cerrarían una jornada altamente interesante que tendría continuidad el domingo con el concierto de la Banda “la ilusión musical de la Serranía”.
El Ayuntamiento de Cañete en pleno y especialmente, su alcaldesa y su concejala de cultura, la agente de desarrollo, la oficina de turismo, los trabajadores municipales, así como un elevado número de colaboradores voluntarios, son los verdaderos artífices de que este evento que atrae a más de cuatro mil personas, siga estando en la élite de la promoción turística provincial, regional y nacional. Por eso, desde aquí, mi enhorabuena por una edición más y sin duda, por hacer que Cañete siga siendo un ejemplo de pueblo que lucha denodadamente contra la lacra de la despoblación y con la ilusión de seguir desarrollando su talento rural.
Cañete vive su Alvarada y lo hace como sentimiento de orgullo por ser como es, el emblema histórico-turístico, de toda la provincia de Cuenca.
Por Miguel Romero Saiz