Los alcaldes de la Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía se agruparon en un acto simbólico en torno a un gigantesco lazo en dos tonos de azul para lanzar un mensaje claro al Ministerio de Transición Ecológica: este año hay que cumplir la sentencia del Tribunal Supremo y poner fin a la sed insaciable de la agroindustria del Levante. Los Ribereños reclaman una lámina mínima estable de 1000 hm3, alrededor del cuarenta por ciento de la capacidad de los embalses
En vísperas de celebrar el Día Mundial del Agua, los alcaldes Ribereños celebraron un acto de unión para trasladar su malestar y sus inquietudes al Ministerio de Transición Ecológica. Este año es el momento, la ventana de oportunidad clave para terminar con más de cuarenta años de dislate ecológico. Este año se presentan los nuevos planes hidrológicos de cuenca en los que han de establecerse los caudales ecológicos que exige la sentencia dictaminada por el Tribunal Supremo.
“Estamos ante una oportunidad histórica de cambiar el destino de nuestros pueblos”, explicaba el vicepresidente de la Asociación, Borja Castro, ante los medios que acudieron a la convocatoria. “Ningún Gobierno ha tenido tanto a favor para hacer justicia y solucionar el gran problema que atenaza al Tajo, asfixia al Mar Menor y ahoga a localidades como Los Alcázares en cuanto llueve en la Región de Murcia”. Para Castro, “todo tiene un mismo origen: la agricultura industrial; y una solución: cesar el envío de agua que lleva cuarenta años alimentando el descontrol al otro lado de la tubería”.
Los veintidós alcaldes desplegaron un gran lazo y dos pancartas, alrededor de las cuales realizaron un corro para exorcizar al demonio que lleva cuarenta años empobreciendo su comarca: el Trasvase. La presidenta, María de los Ángeles Sierra dio lectura al manifiesto junto a Borja Castro, en el que resumieron las principales reivindicaciones de la asociación:
- El cierre definitivo del trasvase Tajo-Segura.
- Mientras se mantenga operativo, la modificación de las reglas de explotación, y el aumento de los niveles mínimos no trasvasables desde Entrepeñas y Buendía. Es imprescindible elevar ese mínimo no trasvasable, una lámina estable para garantizar tanto nuestro desarrollo, como las reservas para el propio Tajo, y los volúmenes necesarios para los nuevos caudales ecológicos que ha de fijar el nuevo Plan de cuenca, hasta el 40 % de los embalses, en el entorno de los 1.000 hectómetros cúbicos.
- La realización de inversiones en nuestra comarca por parte del Gobierno de España, y especialmente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico; principalmente mejoras hidráulicas y depuraciones de aguas, así como actuaciones enfocadas a fijar población, mejorar comunicaciones y telecomunicaciones, dentro de la estrategia nacional de desarrollo y potenciación de la España vacía.
- Incremento del uso público de los embalses, de su actividad turística, deportiva y medioambiental con la puesta en marcha del «Plan de Fomente de Uso Público y Adecuación Medioambiental del Entorno de los Embalses de Entrepeñas y Buendía» diseñado en el año 2007 por el propio Ministerio de Medio Ambiente; y la gestión de los embalses para que su potencial pueda ser aprovechado por nuestros municipios y sus visitantes.
- Por parte del Sindicato Central de Regantes del Trasvase Tajo-Segura se pagan anualmente a la Comunidad de Castilla La Mancha en torno a 5 millones de euros. Esas cantidades no llegan a nuestros municipios como la propia ley establece. Entendemos que el gobierno regional debe invertir la mayor parte de esas cantidades en los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía.
- La Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía exige su derecho prioritario al uso del agua como cuenca cedente, y reclama dotaciones de las reservas almacenadas en Entrepeñas y Buendía para regadíos sociales que fijen población.