Septiembre siempre ha sido un mes complicado para los mercados financieros, y el de 2024 no es una excepción. El índice por excelencia de la bolsa norteamericana, y otros conocidos indicadores, está siendo el fiel reflejo de la incertidumbre económica que se vive ante las nuevas medidas de la Reserva Federal y el gobierno de EEUU.
En el marco de un mes históricamente volátil, Wall Street ha sido testigo de una serie de importantes movimientos por las recientes decisiones en política fiscal y monetaria estadounidenses. Aunque aceleró en agosto, Wall Street ha comenzado frenando en septiembre. La falta de claridad en las subidas de tipos de interés en el futuro y la preocupación por el crecimiento económico a escala global han provocado un fuerte escepticismo entre los inversores. Factores que se han sumado a los habituales en esta época del año, causando una situación más baja de lo habitual y con una volatilidad que ha afectado incluso a gigantes en auge.
Las políticas monetarias juegan en contra del Dow Jones
Los principales índices bursátiles del mundo han caído considerablemente a comienzos de mes, y el líder de la caída ha sido indiscutiblemente Dow Jones. Hay mucha incertidumbre en los mercados de Estados Unidos, ya que la Fed está manteniendo demasiadas preguntas en el aire mientras trabaja a contarrreloj para frenar la inflación en el país. Una inflación que, aunque parece moderarse, sigue siendo preocupante tanto dentro como fuera del país.
El organismo ha adoptado una postura bastante restrictiva que limita las operaciones y las posibilidades de los inversores, temiendo principalmente grandes subidas de tipos de interés que actúen en detrimento del crecimiento económico y afecten negativamente a las empresas. Asimismo, el panorama a nivel global no es muy alentador: hay importantes tensiones comerciales y la sombra de la desaceleración se cierne sobre China, una de las principales potencias mundiales.
Todo esto ha causado importantes turbulencias en el arranque de septiembre. Se esperaba un descenso, pero ha sido mayor de lo previsto, dejando clara la fragilidad actual en la que se encuentra el mercado ante las idas y venidas de las políticas fiscales y monetarias en los últimos meses.
Las políticas fiscales pueden dar la vuelta a la situación
Paralelo a todo esto, las políticas fiscales del gobierno estadounidense también están influyendo desde otra perspectiva. Se están adoptando medidas de estímulo económico y tomando importantes decisiones en materia de gasto público que van a ser determinantes para recuperar la confianza de los inversores. Cualquier anuncio que guarde relación con apoyo a sectores clave o incluso con programas de inversión puede ser el catalizador perfecto para provocar un cambio de tendencia.
La incertidumbre fiscal está siendo una espada de doble filo. No se terminan de concretar acuerdos en el Congreso en temas importantes, como el presupuesto federal o el techo de deuda, y si no se llega a soluciones concretas se puede disparar la volatilidad aún más y provocar toda una onda expansiva en los mercados a nivel internacional. Por eso, los inversores están más atentos que nunca y también están siguiendo muy de cerca toda la campaña de la presidencia.
¿Remontarán los mercados en septiembre?
A pesar de este turbulento comienzo de septiembre, los expertos no descartan la posibilidad de que haya un fuerte rebote en las próximas semanas a causa de factores técnicos y posibles anuncios económicos que alivien las tensiones actuales. Este suele ser un mes débil año tras año, pero hay margen para que los índices remonten y se recuperen casi por completo antes de que termine, siempre y cuando no surjan sorpresas inesperadas.
El mercado está particularmente atento a las señales que pueda enviar la Fed en sus próximas reuniones. Si bien una nueva subida de tipos es posible, también se espera que la Fed adopte una postura algo más moderada a tenor de la situación, teniendo en cuenta el enfriamiento de algunos indicadores económicos. Este cambio podría ayudar a estabilizar el mercado y propiciar el rebote que mencionamos, especialmente en el Dow Jones, que ha mostrado una resiliencia notable anteriormente.
Sea como fuere, septiembre va a ser un mes importantísimo para Wall Street, y para los demás mercados por extensión. Las fricciones e interacciones entre la política fiscal y monetaria serán decisivas para los mercados. La situación actual viene de una fuerte volatilidad que puede desencadenar un gran rebote o un descenso mayor, y todo depende de las decisiones políticas y condiciones económicas que lleven de la mano. Aun así, hay una fuerte incertidumbre general y miedo a lo que pueda pasar.
Se avecinan semanas interesantes para los mercados que pueden terminar de marcar el rumbo anual y el rendimiento de infinidad de empresas internacionales. Los índices se mueven al compás de las políticas en un contexto económico y social complicado.