Un sol de justicia acompañaba a las 1.700 ovejas de los hermanos Cardo a su paso por el Pinar de Jábaga, tras 18 días de camino por la Cañada Real de Rodrigo Ardaz que cambia de nombre según el lugar por el que vayas. Los hermanos Cardo: Antonio el hatero y Manuel que va acompañado de sus hijos Aitor y Claudia aunque, con el ganado, también viene otro Manuel, natural de Mestanza, que ya hizo el camino hace unos 4 años.
Las ovejas da gusto verlas. Van lustrosas. Gordas, comenta la gente que ha salido a verlas pasar por la Vereda. Las esquilaron a primeros de Abril y la lana fue vendida a una empresa de Mota del Cuervo. Nos dan las sacas, las pesamos y las entregamos, dice Manuel a la altura del Club de Tenis al tiempo que le recuerdo la de años que hace que nos conocemos haciendo este camino. Por lo menos diez u once años haciéndolo porque, el primer otoño, aquél que nos vimos en Belmontejo, de eso hace ya once años. Fue en el basusero aquél que había de todo. Hasta cristales, vidrios que suponían un peligro para el ganado. Fue el año en el que Andrés Belenchón iba por detrás con las vacas y en el que, un agricultor, salió con la furgoneta hacia nosotros con ánimos no muy claros porque, la Cañada Real, un kilómetro atrás, la habían convertido en un carril para tractores.
Teníamos noticias de que, por la falta de lluvias, se podría adelantar el regreso a la sierra porque, el pastizal, en el valle de Alcudia y en las zonas de La Carolina, era un socarral. Llovió lo suficiente para dar verdor a los campos, aguantar un mes más, pero, la espada de Damocles era el viaje de regreso en el que, los Cardo, están a punto de terminar a falta de cinco jornadas para llegar a casa. Bueno. El otoño fue un buen otoño, lo hemos salvado bien pero la primavera ha fallado porque, cuando no llueve a tiempo, sale la hierba mala y la buena se pierde con lo que…los animales no disfrutan lo mismo ni mucho menos. Y sí, el problema es siempre el mismo. La falta de agua. Lo que pasa es que nos han dado agua en las explotaciones ganaderas, los ayuntamientos también se han portado bien pero es lo de siempre, nadie se preocupa de eso. Nosotros nos movemos y las explotaciones que hay al lado de la Cañada, nos proporcionan esa ayuda. Nos dan agua. Si no, pues lo dicho, hay que llamar a los ayuntamientos para que preparen una cuba o, como se ha dado el caso, que saquen el agua de algún reguero con ayuda de una bomba. La gente se porta bien pero, la falta de agua ha hecho que Grati, por ejemplo, el de Las Majadas, esté subiendo a las ovejas en los camiones. Grati y alguno más. Nosotros hemos tenido más suerte porque salimos antes comenta Manuel aunque, de vez en cuando, pega un silbido para que el carea frene a las ovejas.
Esta tarde noche toca descanso en Nohales, mañana, el rebaño llegará al depósito de Mariana, campo de golf y Villalba. El Martes, los trashumantes llegarán a Las Majadas para, al día siguiente, descansar cerca de los prados de El Maíllo. El Jueves es una etapa que uno recuerda de manera especial porque, desde el descansadero de La Mesta, en la Sierra del Agua, el camino nos llevará hasta Villas Nuevas y al Collado del Vasallo por el Parque Natural de la Serranía de Cuenca en plena primavera de arroyos y flores. Y ya, el Viernes, en casa dejando atrás los sinsabores de un camino que, como dice Manuel, se hace fuerte con el calor. Es que está haciendo de más calor. Hay ha cascao de lo lindo. Por eso los “peros” se los lleva la calor y la estrechez. Cuando hay estrechez sufrimos todos. Los animales y nosotros. Y por lo demás, tranquilidad menos en Tomelloso con agricultor al que le habían arrancado viñas y quería pagar el pato conmigo. Llegó a denunciarnos pero, na. No tenía razón.
Ya va pensando en el Día del Pastor en Vega del Codorno. Una fiesta relacionada con el mundo trashumante que incluye caminata entre bujes y acebos. Una cita pendiente para el mes de Agosto.
Audio de Manuel Cardo