En el año 2007 viajaban en el tren Madrid-Cuenca-Valencia 391.301 personas. En 2019 solo lo hacían 88.813 ¿cómo consiguieron entre el Ministerio de transportes movilidad y agenda urbana y la Junta de Castilla-La Mancha, el prodigio de que en doce años 302.488 personas dejen de viajar en tren? Muy sencillo, mediante una estrategia insidiosa de abuso del poder. Excediéndose en el uso de sus atribuciones y sin contar con los municipios, el Ministerio y la Junta se han dedicado a degradar el servicio público de ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia, mediante una fórmula combinada de decisiones y “no decisiones.”
La estrategia dirigida a conseguir el deterioro, ha sido descrita con detalle por la Plataforma en defensa del ferrocarril público y social, en El ´trenicidio´ del Plan XCuenca. Este minucioso artículo relata cómo el Ministerio, con la complicidad de la Junta, no realiza el indispensable mantenimiento, degradando la infraestructura; a continuación, disminuye la capacidad de la línea (cerrando estaciones) y reduce la velocidad del convoy (por el mal estado de la infraestructura). Por último, como hay que conseguir que nadie viaje, se fijan horarios incómodos que no permiten ida y vuelta en el mismo día y se establecen transbordos obligados, para quienes viajan a Valencia o Madrid. Gracias a este burdo y disparatado programa de corrupción sistemática del servicio, que atenta la dignidad y los derechos de la ciudadanía, consigue el Ministerio perjudicar su calidad y aumentar los tiempos de viaje, incentivando a que la gente decida no viajar en tren.
Si en una administración moderna y bien ordenada, más de trescientas mil personas dejan de utilizar un servicio público, el hecho se percibe como señal de que algo anda mal y se toman medidas. Sin embargo, ante este indicio evidente de mal funcionamiento, ni el Ministerio, ni el ejecutivo de Page, intentaron buscar las causas y poner remedio, con un plan de mejora de la calidad. Por el contrario, utilizaron cínicamente el éxito en su empresa de degradación del servicio, para manipular a la ciudadanía con discursos grotescos e incoherentes. Llegando a proclamar que el ferrocarril es el futuro en Toledo, Ciudad Real y Albacete, pero no en Cuenca. Este argumento inapelable les anima a seguir actuando al margen de la ley y, sin respetar el procedimiento debido, el Gobierno ha acordado la clausura de la línea,dejando vía libre a quienes desean que se pudra, para que se pueda desmantelar sin dificultad.
Lo que el Gobierno y la Junta no imaginaban es que podrían existir en la región personas y asociaciones con afán de participar, con ganas de intervenir en los asuntos públicos haciendo peticiones, presentando recursos y movilizándose, para defender los servicios públicos y el derecho de la ciudadanía de la provincias a viajar en ferrocarril. Una ciudadanía sin miedo, dispuesta a exigir el respeto a la dignidad y los derechos fundamentales, que desde hace más de seis meses viene denunciando la agenda oculta del Ministerio y la Junta, para promover la destrucción del ferrocarril Madrid-Cuenca-Valencia. Pues bien, para protestar contra los abusos del poder, las manipulaciones y falsedades con que el Gobierno y la Junta envuelven sus argumentos para justificar la destrucción de la línea férrea, se celebrará el plante vigésimo noveno (29), en la plaza de España de Cuenca (frente a subdelegación del gobierno), el próximo martes 7 de marzo a las 18.00 horas.
Por Fernando Casas Mínguez