Por mucho que le den vueltas, no hay excusas que valgan. No se puede caer tan bajo, máxime de esta forma tan torticera, como lo han hecho el PSOE y Ciudadanos en el Congreso de los Diputados al votar en contra de la modificación de la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad, dando así, como se dice coloquialmente, “una puñalada trapera” al mundo rural.
Así ha sido. PSOE y Ciudadanos se intentaron subir al carro de la defensa del mundo rural abanderando en ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas la presentación de mociones por doquier; defendiendo proposiciones no de ley en el Congreso y en el Senado, irguiéndose como grandes abanderados de la caza y la pesca y comprometiéndose en ayudar a salvar a un sector que está tocado de muerte; mostrando su apoyo a la Plataforma en Defensa de la Pesca; y al final, todo humo, todo mentira, todo un engaño.
Pese a haber mostrado su disposición pública de votar a favor de la propuesta del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados para modificar la Ley de Biodiversidad y permitir que que las especies introducidas antes de 2007 pudieran seguir siendo pescadas o cazadas -como es el caso de la trucha arcoíris, la carpa común o el cangrejo rojo- el PSOE y Ciudadanos se opusieron tajantemente y con ello traicionaron al mundo rural, a todos los españoles que viven de un sector que genera al año 3.000 millones de euros y a las cientos de miles de familias que viven de ello.
Me gustaría saber cómo los dirigentes del PSOE y Ciudadanos van a mirar a la cara de tantísima gente afectada que veía la salvación en la votación favorable de la Modificación de la Ley de Biodiversidad para poder seguir con sus negocios, generando riqueza en el mundo rural y asentando población. Me pregunto cómo van a mirar a los niños, quienes en la pesca encuentran una actividad saludable y sana y donde les han arrebatado la ilusión. Me cuestiono cómo van a mirar a la cara a las personas mayores donde su anhelo de sus últimos días es pescar en la orilla del rio. Me interesaría saber cómo van a mirar a la cara a los casi tres millones de cazadores y pescadores que hay en España, a todos aquellos pueblos enteros que viven de la industria cangrejera, a toda una industria basada en acuicultura de truchas arco iris y carpa o a los miles y miles de castellano manchegos que viven de ello.
Y es que todas estas actitudes ‘chavacaneras’ y esos argumentos esgrimidos por el PSOE y Ciudadanos en el atril del Congreso denotaban, a distancia, una falta de conocimiento abismal sobre la materia, demostrando que les da igual que aumenten las listas del paro en el mundo rural, que se cierren negocios, que se hundan pueblos enteros,… Da igual, ¿verdad? Ya llegará otra campaña electoral para vender humo, pese a que ya habéis ‘quemado el monte’.
Mención aparte merece el señor Manuel González Ramos, flamante recién elegido, por Pedro Sánchez, secretario de Agricultura y Pesca del PSOE; pescador albaceteño y postulado a sustituir a Page como candidato a la presidencia de la Junta de Comunidades. Este mismo señor fue el artífice de que la votación del Grupo Socialista en el Congreso fuese en contra del sector y en contra de sus propias declaraciones que realizó pocas horas antes. Mentiras y más mentiras.
Pero sepan los máximos responsables del PSOE y Ciudadanos que la gente no va a olvidar esta traición al mundo rural, esta burda maniobra barriobajera que han hecho al sector de la pesca y de la caza, y todo por querer estar a la altura podemita. Finalmente, ambos partidos lo pagarán política y mediáticamente, pero lo grandes damnificados seremos nosotros: los pescadores, los cazadores, los empresarios del sector, las contrataciones turísticas, los pequeños municipios que viven única y exclusivamente de ello y, en definitiva, todas aquellas zonas desfavorecidas que sin estas actividades están condenados a la desaparición.