En Huélamo, la exhibición de florete se había suspendido por algún problema en el grupo Espadas Conquenses encargado de llevarlo a cabo así que, el sol, que pegó fuerte durante todo el día, se encargó de darle calor a ese espacio de tiempo hasta el momento en el que el corneta del Regimiento de Infantería “Tercio viejo de Sicilia 67”, subió aún más la temperatura porque comenzaba el acto estrella de la mañana: la inauguración del busto del Maestre Julián Romero de Ibarrola cuyo autor es el conquense Lorenzo Redondo sobre un basamento de piedra vista, obra del huelamero Antonio Pérez. Escultura que, desde ayer, adorna la plaza Julián Romero.
En la plataforma preparada para pregones y representaciones, presidía el acto el alcalde Leopoldo Martínez, perfectamente arropado, entre otros, por los coroneles Manuel Alcalde y Ángel María Cantera, el vicepresidente de la Diputación, Julián Huete y el director provincial de Hacienda, Ramón Pérez Tornero, en un acto presentado por el infatigable Miguel Romero en el que no faltó el pueblo de Huélamo con hombres y mujeres ataviados con ropas el siglo XVI. Así que, en ese escenario, se inauguró la escultura que, hasta entonces, había permanecido escondida tras la bandera nacional.
Con la plaza llena de un público expectante, el coronel Alcalde y, el alcalde Leopoldo, tras un corto pero vistoso desfile del Regimiento, fueron los encargados de hacer la ofrenda consistente en una corona de laurel ante la escultura del Maestre de Campo y, así, tras la ponencia de la comida barroca de Rafael Zafra, la gente fue llenando el merendero del Pozuelo que, uno, cree que es el mejor de toda la provincia con la enorme fuente que da nombre al paraje aunque, en la terraza superior, haya otra que echa agua a través de un cuerno de corzo.
Tras la comida, supervisada por el maître Antonio V. Mora en la que colaboraron peñas y la Asociación de Mujeres, hubo que esquivar el sol porque, hasta las ocho de la tarde no tendría lugar el siguiente acto.
El que escribe esto, tras larga charla con Vicente Caja, alcalde de Buenache de la Sierra, buscó refugio en el interior del Ayuntamiento construido con muros de un metro de espesor consiguiendo, así, un edificio isotérmico. Contemplé fotografías del pasado siglo que evocan un pueblo agrícola y ganadero y que, es más, sacaban provecho de tierras lejanas del Masegar –tejera incluida-, la Serna, por debajo de Valdeminguete…cosa impensable hoy.
A modo de reloj, el tambor anunciaba que teníamos que ir hasta la iglesia en donde tendría lugar el acto del nombramiento de Maestre de Campo al Teniente General César Muro que no pudo desplazarse a causa de una enfermedad. Dio igual. La comitiva se puso en marcha y tras subir la cuesta que termina a los pies del castillo, entramos en la iglesia en donde un enorme símbolo de la Orden de Santiago colgaba del coro y tres sillones, cubiertos con tela morada, esperaba a sus ocupantes: alcalde y los coroneles ya citados. No cabía un alma y, así, entre agradecimientos de todos y para todos, le fue entregada al coronel Manuel Alcalde la alabarda (hecha en Huélamo) que simboliza el nombramiento de Maestre de Campo y, al delegado de Defensa, Ángel M. Cantera, que tantísimo ha colaborado en que este aniversario fuera posible, dijo el alcalde, un Diploma en el mismo sentido.
Las luces del pueblo iluminaban Huélamo cuando tomábamos la calle y, con escasa luz, se representó la obra “El hombre de la capa negra”. Claro que peor les fue a los que corrieron la Encamisá porque, la carrera, desde el Montón de Tierra hasta la casa de Juan Merchante discurrió en noche cerrada de luna llena en la que brilló, y de qué forma, María Vicente. Una chica que con menos de 18 años, es Campeona del Mundo y plusmarquista mundial de pentatlón. Un hecho inédito en España: no podré estar en las fiestas patronales. Preparo los Juegos Olímpicos de la Juventud que tendrán lugar en Buenos Aires, en el mes de Octubre y ya, de cara a Marzo y todo eso, los Campeonatos de España, encuentros internacionales y cosas que vayan saliendo.
Hoy, domingo, será nombrada Comendadora de la Orden de Santiago de la Encomienda de Huélamo. Casi ná.