El pasado 30 de noviembre, el Rincón Lento de Guadalajara se llenó de colores, olores, sabores y voces en el festival solidario «Otoño Caleidoscópico», organizado por el Colectivo Abriendo Fronteras Guadalajara con el apoyo de otras personas y grupos de la ciudad. Una jornada de encuentro y participación que puso en valor la diversidad intercultural a través de variadas actividades que mezclaron gastronomía, arte, narrativas y diálogo, conectando a la comunidad con la realidad de las migraciones que hay en nuestra capital.
El evento abrió sus puertas con un aire familiar y acogedor, ofreciendo un amplio abanico de diversidad en el que cada una de las actividades planteadas fueron una ventana a las diferentes culturas y realidades que vivimos en la ciudad. Todo empezó con los cuentos narrados por el grupo de La Caperuza Roja y una degustación gastronómica intercultural, haciendo disfrutar a quienes asistieron de un recorrido sensorial.
La ceremonia del té, presentada por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, cautivó con su simbolismo de hospitalidad. Por la tarde, la proyección del documental Gaza, autorizada por El Retorno Producciones y sus directores Carles Bover y Julio Pérez del Campo, invitó a reflexionar sobre los desafíos humanitarios en esa región, continuando con el testimonio de una refugiada palestina que actualmente reside en Guadalajara. Posteriormente, se presentó la Coalición WHRD MENA, una coalición de mujeres del norte de África y del este del Mediterráneo, cuya portavoz participó virtualmente, subrayando la importancia de las conexiones globales, en una conversación con Maria Eugenia Blanco, de la Plataforma Feminista de Guadalajara.
La sesión continuó con la Asociación EXMENAs, con su referente Ismail El Majdoubi, en un diálogo que abordó la realidad de desprotección y racismo institucional de la juventud sin referentes familiares. Continuó con la presentación de los proyectos «Corriente a Favor: familias a bordo», de reciente puesta en marcha en Guadalajara y «Semilla para el Cambio», este último desarrollado con mujeres de los slums de Baranasi en India. Además, la Fundación porCausa ofreció una muestra de su innovadora metodología de narrativas circulares, promoviendo nuevas maneras de contar historias para construir empatía y conciencia, y romper con los mensajes de odio. La jornada culminó con música a cargo de DJ Callahan, cerrando un día lleno de emociones y aprendizajes.
Para el público más menudo y creativo, el grupo «MilRamas» y «Enredadera» ofrecieron un espacio de juego libre que añadió un toque de espontaneidad y conciliación al propio festival durante toda la jornada. La intervención artística planeada por María de Lucas y Pilar V. Foronda, del Colectivo MUART, quedó pendiente, sus organizadoras prometieron retomarla en futuros encuentros, ampliando así este mosaico cultural a próximas convocatorias para el 2025.
Chantal García, una de las organizadoras, destacó: “Estos espacios son fundamentales para construir, conocernos y reconocernos como personas que vivimos y convivimos en esta ciudad» . Por su parte, Alejandro Moreno, otro organizador, agradeció la colaboración de todas las personas que se implicaron: “Este tipo de jornadas nos recuerdan la importancia de crear comunidad y de facilitar encuentros donde todas las voces diversas puedan expresarse y ser escuchadas.”