La Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana, promovida por el Departamento de Trata de Personas, en coordinación con Cáritas Diocesana de Cuenca, realizan una exposición itinerante de fotografías llamada “Punto y seguimos. La vida puede más”.
A partir de las 18:30h de esta tarde, 09 de abril, tendrá lugar la inauguración de la exposición fotográfica itinerante en el Centro Cultural Aguirre y estará expuesta hasta el día 21 de abril.
El autor de las fotografías, Fernando Mármol Hueso (arquitecto de profesión y gran aficionado a la fotografía) pretende dar luz y sensibilizar ante esta situación de abuso y explotación de personas, con un proyecto enfocado en tres líneas argumentales: El drama vivido por las personas que han sufrido situación de trata, la indiferencia de la sociedad, y la esperanza en la construcción de un futuro libre de la explotación, con la implicación de la Iglesia y de la sociedad.
El objetivo de esta exposición es concienciar a la ciudadanía del gran problema que supone la Trata de Personas, un fenómeno totalmente invisible.
Es una de las preocupaciones de la Iglesia, que tiene dos objetivos fundamentales de cara al problema de la Trata de Seres Humanos, la atención a las víctimas y la erradicación de esta lacra, que supone una grave agresión a la dignidad humana y una violación de los derechos fundamentales de la persona. Por ello, el Papa Francisco nos reitera la necesidad de hablar de ello, ya que todavía existe mucho desconocimiento sobre este tema y así evitar que hermanos y hermanas sigan cayendo en redes de trata, con la implicación y el compromiso, y sin pasar de largo ante este problema frente a la globalización de la indiferencia.
La exposición forma parte de un elenco de materiales destinados a este fin y pone de manifiesto la cruda realidad de la trata y también la experiencia de liberación que supone dejar de ser víctima para convertirse en superviviente.
LAS VÍCTIMAS, LAS PROTAGONISTAS
Para llevar a cabo este proyecto, se ha contado con la participación de personas que han sobrevivido a la trata de seres humanos, diversos proyectos de atención y acompañamiento de congregaciones religiosas, que han facilitado una labor que se ha materializado en diversidad de imágenes y frases que las acompañan. Testimonios recogidos de las propias víctimas, donde relatan la experiencia vivida y bajo nombres ficticios para preservar la identidad de estas personas.
La Trata es un delito, un gran negocio, que atenta contra los derechos humanos y convierte a la persona en objeto, en mercancía, con la que se comercia y obtiene grandes beneficios económicos. Consiste en la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, por diversos medios, con fines de explotación. Estos son: sexual, trabajo o servicios forzados, esclavitud o prácticas similares, actividades delictivas, extracción de órganos, celebración de matrimonios forzosos, mendicidad. Este proyecto basado en tres líneas argumentales: EL DRAMA, LA INDIFERENCIA Y LA ESPERANZA, pretende concienciar a la ciudadanía de un problema invisibilizado para nuestra sociedad.
UN COMPROMISO DE TODOS
No se trata de un problema lejano a nosotros, de países lejanos y con determinadas circunstancias. Está aquí, junto a nosotros y más cerca de lo que creemos, pero en ocasiones pasa desapercibido porque hay mucho desconocimiento, se opta por ignorar o se prefiere mirar para otro lado. Pero detrás está la vida de miles de personas que están siendo explotadas y esclavizadas o son ya supervivientes de una experiencia traumática que les ha dejado heridas complicadas de curar, explican desde Cáritas Diocesana de Cuenca. Por eso esta exposición cuenta con los testimonios de mujeres y de hombres que muestran esta cruda realidad. Un problema que juntos, como sociedad debemos combatir para erradicarlo, ya que supone una afrenta a la dignidad de la persona y una violación de sus derechos fundamentales. Para ello se debe dar a conocer el problema y tomar conciencia de la extrema gravedad del mismo. Todos, también los clientes son responsables de que exista este delito puesto que lo hacen posible.
Como cristianos, estamos llamados a no permanecer indiferentes, a acoger y acompañar a las víctimas en su proceso de recuperación y darlo a conocer. Por ello visibilizar, sensibilizar y concienciar de que es una labor nuestra acabar con la trata, es uno de los ejes fundamentales del trabajo que realiza en el Departamento de Trata de la Conferencia Episcopal Española, en las diferentes diócesis y en todas las redes eclesiales y no eclesiales. Se pretende lanzar un mensaje positivo y esperanzador a través de los testimonios que demuestran que hay luz al final del camino y que salir de esta situación es posible.
Al final de la exposición se invitará a los asistentes a expresar su opinión y valoración de la misma.