Cuenca no es la misma hoy que hace 200 años. No, no hablo de sus ciudadanos, sus costumbres, la industrialización o de temas tan actuales como la despoblación que sufre la provincia. Me refiero más a una cuestión geográfica, a sus límites. Al igual que otros territorios de España, la provincia de Cuenca no ha ocupado continuamente el mismo terreno ni ha abarcado siempre los mismos pueblos. La Península Ibérica tiene un pasado bastante atractivo, con una multitud de diferentes culturas que han ido dejando su huella con el paso de los siglos. Además de traer entre otras cosas sus costumbres, estos pueblos instauraron cambios y límites geográficos que han ido variando con el paso del tiempo.
Las primeras divisiones geográficas
Los primeros pueblos en llegar a la península fueron los celtas, íberos, vascones y cartagineses, pero estas tribus no tuvieron una gran aportación en cuanto a la división geográfica del territorio. Optaron por continuar la organización real aportada por su geografía. Sin duda, el pueblo que comenzó aportado a la cultura de nuestra civilización y a la distribución de su territorio fueron los romanos. Para poder mantener el control y cobrar impuestos, los romanos dividieron la provincia primero en 3 (Tarraconense, Lusitania y Bética) y luego en 5 provincias (Lusitania, Gallaecia, Tarraconense, Bética y Cartaginense).
Con la caída del Imperio Romano llegaron los visigodos simulando provincias y más tarde los musulmanes, los cuales establecieron las coras.
Todo lo citado anteriormente es un resumen rápido de algo mucho más complejo para conocer un poco el principio de la distribución territorial de la Península Ibérica, pues desde la primera distribución de los romanos hasta la última división musulmana hubo varios mapas e intercambios territoriales debido, en gran parte, al milenio de guerras y enfrentamientos. No fue hasta que los reinos cristianos reconquistaron la península en el año 1492 cuando, con la llegada al poder de Carlos I, España consiguió cierta estabilidad y ser conocida por el resto de Europa, política y geográficamente.
¿Qué es una provincia?
El termino provincia fue introducido por los romanos y designaba territorios conquistados fuera de la Península Itálica. Más tarde, en los países de lengua romance como España, Italia y Francia, se aplicó a unidades administrativas importantes solo inferiores a los reinos. Desde la Edad Media se ha utilizado el término para referirse a cualquier territorio con gobierno particular, una división administrativa territorial del estado.
No hay mucha información antes del 1590, pero gracias al censo de Tomás González Hernández en 1590 se puede disfrutar de este mapa de la Península Ibérica y de como estaba dividida el reino de Castilla. Aquí en cuando se puede empezar a conocer lo que ocupaba el primer territorio de la provincia de Cuenca.
Conociendo un poco mejor los antiguos límites de Cuenca
Nunca ha habido demasiada información en la red que permitiera conocer con más exactitud cómo eran antiguamente los límites de la provincia. Sin embargo, gracias a una entrada de Miguel Ángel Vellisco Bueno escrita en el blog de Ángel Carrascoso Sotos y, sobre todo, a ciertas fotografías y escaneos que ha subido del catastro y de libros antiguos, se puede conocer todo este proceso mucho mejor. En su artículo, Miguel Ángel explica como la división territorial de la provincia de Cuenca nace de las antiguas sedes episcopales Visigodas de Segóbriga y Ercáviga. En las fotografías que acompañan su artículo se puede observar que Cuenca en el siglo XVI estaba compuesta por dos entidades, Cuenca y Huete.
Cuenca se dividía en: La Tierra de Cuenca, Tierra de Iniesta, Tierra de Villanueva, Tierra de Belmonte, Tierra de Alarcón, Tierra de Jorquera, Tierra de Moya y Tierra de Molina, Tierra de Requena y las poblaciones bajo Jurisdicción Real de Las Pedroñeras, El Pedernoso, la Alberca, Las Mesas, San Clemente, La Roda, Minaya, El Provencio, etc.
A su vez, Huete estaba formado por: Tierra de Huete, Tierra de Villarejo, Tierra de Pareja y Tierra de Montalvo.
España en el Siglo SVIII contaba con 28 provincias. En el año 1785, la provincia de Cuenca cambió y se dividió en el partido de Cuenca, el partido de Huete y el partido de San Clemente.
A principios del S. XIX, el Consejero de Hacienda decidió modificar un poco los territorios para intentar conseguir que la administración tuviera un mejor funcionamiento. Mientras que se crearon nuevas provincias como Cádiz, Málaga o Alicante, en 1804 Cuenca perdió más de 80 poblaciones y varios de sus territorios, entre ellos Señorío de Molina, se agregaron a Guadalajara. Durante los siguiente años Cuenca siguió modificándose. Algunos de los ejemplos más curiosos se encuentran en momentos importantes como la invasión francesa, donde Cuenca pasó a llamarse Departamento del Júcar Alto. También, en el año 1814, las Cortes la dividieron y llegó a tener 11 provincias (Cuenca, Huete, Iniesta, Belmonte, la Roda, San Clemente, Requena, Cañete, Priego, Buenache y Tarancón).
Durante los años posteriores Cuenca continuó sus alteraciones, cediendo algunos terrenos, añadiendo otros pocos, pero ninguna división geográfica posterior fue tan importante como la que se le encargó a Javier de Burgos.
Javier de Burgos, ministro y organizador geográfico oficial de la Corte
Francisco Javier de Burgos y del Olmo fue un político, periodista, dramaturgo y traductor español. A pesar de esta multitud de cargos, hoy interesa hablar de su faceta como político, pues el 21 de octubre de 1833, al comienzo del reinado de Isabel II y bajo la regencia de María Cristina de Borbón, fue nombrado Secretario de Estado de Fomento y se le encargó la tarea de establecer una división territorial por provincias. Tan importante fue esta división que todavía hoy, más de 180 años después, su división territorial permanece casi intacta.
El porqué de la división de Javier de Burgos.
Antiguos pensadores y poetas describían el mapa general de la Península Ibérica como provincias encajadas, con ángulos irregulares y capitales situadas en extremos, con provincias muy grande o muy pequeñas y un gran caos en su gestión jurisdiccional. Provincias encajadas, caos… una multitud de problemas que dificultaba al Gobierno central dar órdenes y que llegasen a todos los pueblos y regiones. Es por esto que, a finales de octubre de 1833, poco después de morir Fernando VII, la regente María Cristina le encarga el ambicioso plan de reformas políticas y administrativas a Javier de Burgos, ministro de Fomento. Su objetivo era unificar y centralizar el Estado para facilitarle la labor al Gobierno central. La organización de Javier de Burgos es muy importante porque ha permanecido más de siglo y casi medio intacta. Esta nueva España tenía 49 provincias y 14 regiones.
Burgos definía las provincias como «centros que impulsan la regulación de una máquina administrativa». Él no quiso seguir un criterio meramente geográfico, sino que decidió agregarle un carácter histórico; quería respetar las divisiones de los antiguos reinos y tener en cuenta la distancia y el número de habitantes.
Esta división afectó a Cuenca en dos ámbitos contrapuestos. Cuenca perdió muchos territorios. Según cuenta Miguel Angel Bellisco, pasaron a formar parte de Albacete pueblos como Alcalá del Rio, Casas de Ibañez, Fuensanta, La Gineta, Madrigueras, Montalvo, Munera, La roda, Tarazona o Villalgordo entre otros. A la provincia de Guadalajara se le cedió Carrascosa de Tajo, Chillarón del Rey Córcoles, Millana, Ontanillas, Poveda de la Sierra, Tabadillo, Torronteras… y a la provincia de Ciudad Real únicamente se le dio Villarobledo (que actualmente pertenece a Albacete).
Cuenca perdió muchos territorios durante esta división. Sin embargo, pasaron a formar parte de la provincia de Cuenca varios pueblos de Toledo: Acebrón, Belinchón, Valdeolivas, Mota del Cuervo, Valdeolivas, Fuente de Pedro Naharro, Horcajo de Santiago, San Pedro Planches, Tarancón, Torrubia del Campo, Villamayor de Santiago, La Zarza, Hinojosos del Orden y Santa María de los Llanos.
En el año 1851 también cedió Requena a Valencia. Al final, Isabel II firmo un decreto y decletó los límites actuales de la provincia. Cuenca quedó dividida en 8 partidos judiciales… pero en 1966 se eliminaron 4: Belmonte, Huete, Cañete y Priego.
Cuenca en la actualidad
Dividida en Cuenca, Tarancón, San Clemente y Motilla del Palancar, con 17.137,801 km², 228 municipios, 333 localidades y entidades, con su Serranía, su Alcarria, su Mancha y siendo su capital la ciudad de Cuenca; así es como encontramos actualmente a la provincia de Cuenca,
Quién sabe si en el futuro esta distribución continuará… echando un ojo al pasado y viendo la enorme cantidad de cambios en los que se ha visto envuelta tanto la provincia como la Península Ibérica solo podremos conjeturar, pues nada es seguro ni dura eternamente.
Bibliografía
Bueno, M. A. (s.f.). Origen y evolución de la provincia de Cuenca. Obtenido de http://angelcarrascosotos.blogspot.com.es/2015/01/origen-y-evolucion-de-la-provincia-de.html
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Las 49 provincias de Javier de Burgos que acabaron con el «caos» español. (s.f.). ABC. Obtenido de http://www.abc.es/archivo/20140411/abci-division-provincias-javier-burgos-201404102035.html
Prieto, G. (s.f.). La organización territorial de la península Ibérica en tiempo de los romanos. Geografía Infinita. Obtenido de http://www.geografiainfinita.com/2015/08/la-organizacion-territorial-de-la-peninsula-iberica-en-tiempo-de-los-romanos/
Prieto, G. (s.f.). Organización territorial en la España del XIX: el nacimiento de las provincias. Geografía Infinita. Obtenido de http://www.geografiainfinita.com/2015/10/organizacion-territorial-en-la-espana-del-xix-el-nacimiento-de-las-provincias/
Villarrobledo pertenece a Albacete y no a Ciudad Real, como se dice en el artículo.
El Toboso (Toledo) perteneció, desde el punto de vista episcopal a la diócesis de Cuenca, hasta el siglo XX
En el primer reparto provincial de Javier de Burgos, Villarrobledo fue adscrito a la provincia de Ciudad Real,siendo 21 años posterior a aquella división cuando pasó a la provincia de Albacete.
Pequeño error en el artículo, por lo demás muy interesante. Habla de Fernando VI cuando en realidad lo correcto sería hablar de Fernando VII
Gracias por comentar! Tienes razón, ha sido un pequeño lapsus, corregido.
Cuando habla de primeros pueblos que estuvieron en la península se olvida de griegos, y fenicios, por ejemplo; error grave cuando se habla de la provincia de Cuenca, muy influenciado por los pueblos íberos, que a la vez tenían una cultura que mamaba principalmente de la fenicia (sólo hay que ver la similitud entre sus dioses). Por otro lado, calificar a estos pueblos de tribus es no conocer la diferencia entre ambas entidades.
Sin olvidar los pueblos celtas que también tuvieron una fuerte influencia en varias zonas de la península, y que fueron antecesores de los griegos y los fenicios, de hecho, estos se llamaban «celtiberos».