Cuando Federico Mayor Zaragoza anunció que, Cuenca, era Patrimonio de la Humanidad.
Cuenca fue la novena ciudad española declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Una iniciativa que arrancó en 1988 por parte de la Cámara de Comercio, presidida entonces por Rafael Araque que, seis años más tarde, a petición del Ayuntamiento, recibiría el apoyo del Gobierno de España, de las Cortes de Castilla-La Mancha y de otras ciudades que habían obtenido la declaración.
La noticia fue recibida el día 6 de diciembre del año 1996 y, así, de esta manera, ese mismo día, lo confirmaba Federico Mayor Zaragoza, entonces director general de la Unesco, en declaraciones para la emisora de R.N.E. en Cuenca.
Tres meses más tarde, el 29 de marzo de 1997, Viernes Santo, Manuel Ferreros, alcalde de la ciudad, tendría el honor de recoger tal distinción en el transcurso de un acto que se celebró en el Palacio de la Diputación Provincial.
A partir de ahí, en 1998 Cuenca entraba en el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España y, en el año 2004, con la finalidad de conservar y revitalizar el patrimonio, se creaba el Real Patronato aunque sea, realmente, el Consorcio Ciudad de Cuenca el órgano encargado de ejecutar acciones orientadas a la conservación y revitalización del patrimonio de la ciudad de Cuenca.