Los poderes alineados de Castilla-La Mancha en Cuenca (Junta, Diputación y Ayuntamiento) están acostumbrados a adoptar decisiones fraudulentas con total impunidad y en perjuicio de la ciudadanía.
Hasta tal punto, que sus programas electorales los diseñan para remendar los fraudes cometidos en la ejecución de obras públicas. Ejemplos de esta manera singular de hacer política son la estación del AVE y el Hospital universitario de Cuenca.
La estación del Ave la instalaron junto a la planta de residuos sólidos urbanos, por acuerdo entre la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento de Cuenca con el Ministerio del ramo. Por lo visto, no había un lugar mejor para hacer una estación que paga la ciudadanía.
Teniendo en cuenta que la proximidad de la estación con la planta de residuos vulnera la ley, desde hace años estudian cambiar la ubicación de la planta. Se ha retrasado la mudanza por desacuerdo entre las administraciones. Ninguna quiere asumir en exclusiva los 43,5 millones de euros que cuesta el traslado.
Lo más destacable de esta historia ruinosa, es que los irresponsables cargos públicos, que adoptaron la decisión fraudulenta, no han tenido que rendir cuentas de su canallada. Así que será la ciudadanía quien soporte el pago de mover la planta de residuos a una parcela de 14 hectáreas a 20 kilómetros de la capital, en la zona de la pedanía de Villanueva de los Escuderos.
Un efecto perverso de esta actuación despreciable, es que como los que mandan en la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento no asumen ninguna responsabilidad, no escarmientan y van a seguir cometiendo desmanes en perjuicio de la ciudadanía.
La próxima tropelía se va a inaugurar pronto: un hospital universitario, lejos de la ciudad de Cuenca y junto a una insalubre estación depuradora de aguas residuales. Nadie ha previsto que los cargos públicos rindan cuentas por esta decisión denigrante y, como siempre, los millones de euros que cuesten trasladar la estación depuradora los volverá a pagar la ciudadanía.
La consecuencia política de tanto fraude a la ley, cometido con absoluta impunidad y menospreciando a la ciudadanía, es que sirve para que Emiliano García-Page mantenga una agenda indecente de gobierno. En efecto, desde que “mira por Cuenca” está comprometido en trasladar la planta de tratamiento de residuos y también la estación depuradora de aguas residuales ( https://www.castillalamancha.es/print/264349) .
A la vista de cómo diseñan el deleznable programa de gobierno García-Page y sus colaboradores ¿alguien confía en que el cierre del tren Aranjuez-Cuenca-Valencia, que defienden la Junta, la Diputación y el Ayuntamiento en su Plan contra Cuenca, se haya realizado sin fraudes ni confabulación con quienes tienen intereses opuestos a los de la ninguneada ciudadanía?
Opinión de Fernando Casas Mínguez