Cardenete celebra el Día Mundial del Agua con su Abrazo a la Madre Tierra
Mila Herreros/Cardenete
Cardenete, 22 marzo 2025
Convocados por la asociación AMARME (Alianza Mar Menor) Cardenete vuelve a unirse a la acción Abrazo a la Madre Tierra con motivo Día Mundial del Agua que se celebra hoy, 22 de marzo. Este movimiento ciudadano, uno más de los muchos que defienden el Mar Menor, ha vuelto a lanzar a nivel nacional su convocatoria, la cual está siendo seguida por más de un centenar de asociaciones y plataformas y 26 cadenas humanas, todas defensoras del medioambiente y de la protección de la naturaleza y de la vida rural.
En esta ocasión, el entorno elegido por los participantes de Cardenete (miembros de Pueblos Vivos Cuenca y también de la Revuelta de la España Vaciada) para la lectura del manifiesto, ha sido la fuente de El Tornajo y el lavadero de La Pañuela, que en estos días de lluvia llevan un caudal importante, aunque no siempre es así.
La elección de estos enclaves está motivada por los altos niveles de contaminación por nitratos que se dan habitualmente en ambos lugares, sobre todo en períodos de sequía, debido a la mala práctica de una antigua granja porcina familiar que se hallaba a escasos 200 metros del manantial.
Actualmente, otra granja, esta situada en el polígono ganadero, alberga 6370 plazas de cerdos de cebo desde 2018, posee una balsa de purines con capacidad para 15 millones de litros, y se encuentra a apenas un kilómetro de la fuente El Tornajo, emblemático lugar situado junto al castillo-fortaleza del año 1520.
A pesar de que en esta ocasión la asistencia al abrazo simbólico no ha tenido un gran seguimiento debido, principalmente, al mal tiempo, desde la organización se valora sobre todo la persistencia y la buena voluntad de las personas que siguen dando visibilidad a la necesidad de la protección del agua como recurso vital, tan maltratado muchas veces, y del medioambiente en general.
MANIFIESTO PARA EL ABRAZO A LA MADRE TIERRA
Las personas defensoras de la Naturaleza, nos unimos en un abrazo simbólico y real hacia nuestra Madre Tierra, reconociendo su valor inestimable y la necesidad urgente de protegerla. Este manifiesto es un llamamiento a la acción, a la reflexión y a la unidad en torno a las siguientes reivindicaciones:
- No podemos permitir que el urbanismo descontrolado continúe robándonos nuestros entornos naturales. Es esencial planificar de manera responsable y sostenible, preservando los espacios verdes y la biodiversidad. Exigimos acciones concretas para combatir el cambio climático, priorizando a las comunidades más vulnerables que sufren sus efectos. Necesitamos más árboles y menos cemento. También hay que impulsar y facilitar medios de transporte sostenibles, públicos y no contaminantes.
- Amparemos un modelo de desarrollo sostenible que garantice el bienestar de la infancia y la juventud. Tenemos que promover prácticas que reduzcan el consumo excesivo, fomentando la economía circular, de cercanía, el uso responsable de los recursos, la reutilización, el reciclado de materiales y la artesanía. Por eso creemos que hay que educar a las nuevas generaciones creando una conciencia ecológica y un sentido de responsabilidad hacia la Tierra.
- Descartemos a la agricultura y ganadería intensiva que empobrece y contamina nuestros suelos, agua y acuíferos. Apoyemos prácticas sostenibles que respeten la tierra, tengan en cuenta los recursos hídricos disponibles y promuevan la biodiversidad. Por ejemplo: la agroecología, los bosques comestibles, los huertos urbanos y cercanos, la agricultura regenerativa y de secano.
Defendemos el bienestar animal, por ello creemos que hay que promover la ganadería extensiva, el pastoreo, las granjas familiares, la trashumancia… Queremos una ganadería que no recurra a químicos ni hormonas en el tratamiento de los animales, que se preocupe por el nivel de emisiones y racionalice el uso de los recursos naturales.
- Exigimos un cese inmediato del extractivismo y las actividades industriales que envenenan nuestro aire, suelos y agua. Queremos desterrar las minas a cielo abierto, las fábricas que polucionan el medio ambiente. La salud de nuestras comunidades y el bienestar de nuestro entorno no deben ser sacrificados en nombre del progreso. Por eso también nos oponemos a la instalación de plantas de biogás que amenazan nuestro ámbito y vida cotidiana. Queremos energías renovables, pero no así, existen alternativas sostenibles. Hay que apoyar y crear comunidades energéticas.
Consideramos que la Tierra es un ser vivo que merece respeto y cuidado. Nos debemos comprometer a vivir en armonía con ella, proteger y restaurar los hábitats naturales: océanos, bosques, mares, ríos, selvas, lagos, estepas, fuentes y manantiales, praderas y montañas, humedales y marismas. Defendamos a las especies en peligro de extinción y fomentemos la conservación de la biodiversidad.
Igualmente, reconocemos que la Tierra tiene derechos inherentes. Abogamos por el reconocimiento legal de estos derechos, que protejan los ecosistemas y a las comunidades que dependen de ellos. La justicia social y ambiental deben ir de la mano.
Hacemos una llamada de atención para no silenciar y resistirnos ante las atroces guerras que también conllevan ecocidios. La protección de nuestro planeta y sus habitantes es una responsabilidad compartida y debemos actuar con urgencia. Un abrazo a la Madre Tierra comienza con el amor y el respeto en nuestras propias vidas.
Fomentemos la paz a través de una cultura de cuidado y atención, donde cada acción cuenta y cada pequeño gesto suma.
Reclamamos la unidad entre individuos, comunidades, organizaciones y gobiernos para trabajar juntos en la protección de nuestro planeta. Solo a través de la colaboración podremos lograr un cambio significativo.
Hoy aquí, y en otros muchos lugares, alcemos nuestras voces y unamos nuestras manos. Es hora de actuar … Abracemos a la Madre Tierra… Defendamos la Naturaleza porque en ello nos va la vida.