Más de quinientas personas acudieron ayer a la tercera cita en otros tantos años del Pasaje del Terror almorcileño. Veintidós voluntarios almorcileños llevaban un mes trabajando para convertir las bóvedas de la Casa Consistorial en una trabajadísimo Pasaje del Terror, con hasta diez estancias de terroríficas escenas diferentes. “Sin duda, y con ser magníficos trabajos los anteriores, creo que este año los jóvenes almorcileños se han superado”, valora Charo Toledano, concejala de Cultura, destacando el trabajo de caracterización y escenografía que habían llevado a cabo.
Un fantasmagórico monje advertía a quienes osaban entrar en el Pasaje del Terror, en grupos de cinco o seis personas, lo que podía ocurrir si se adentraban en su oscuridad controlada, así como las pautas que debían seguir en el interior. Nada más entrar, dos niñas diabólicas, cuyo discurso daba tanto miedo como sus atuendos y caracterización, recibían a los visitantes. Un enterrador, y su cadáver a medio sepultar, dejaban paso a la jaula de Hannibal Lecter, una de las estrellas de la noche. En la salita del fondo de la galería, dos monjas rezaban a un hombre de cuerpo presente, que “despertaba” para dar el susto final a los visitantes. No faltaron los ‘zombies’, “que deben estar presentes en cualquier galería del horror que se precie”, explicaba ayer Rafael García, portavoz de los voluntarios.
En la cocina y el baño, las siguientes escenas, un cocinero terrorífico y sangriento y las huellas de un crimen, sorprendían a los almorcileños. Para terminar, la última habitación del pánico era una la nave espacial, la versión almorcileña de Alien, el octavo pasajero, que ha sido, sin duda, la más laureada de este año. “Estamos muy contentos con el interés creciente que despierta el Pasaje del Terror. Nos intentamos superar cada año, y sin duda la respuesta de la gente es un estímulo. Creo que hemos sido capaces de sacar una sonrisa del miedo”, añadía Rafael. La Santa Compaña, a cargo del grupo de teatro José María Barrasa, recorría la plaza, también aportando, con sus performances, ambiente exterior.
En torno al pasaje, y con la colaboración de la Asociación Tercera Joven, de la Asociación de Mujeres, de la Ludoteca Municipal, y del grupo de teatro, se había organizado una semana completa de actividades en torno al Día de Los Santos/Halloween. Después de que en los días previos se proyectara una película infantil en el Casón de los Condes de Saceda. El cine, tuvo continuidad el viernes, día 3 de noviembre con una segunda proyección, en este caso de cine de terror para mayores de edad.
Ayer sábado, se llevaron a cabo actividades para niños, y también un taller de manualidades, que tenía lugar igualmente en el Casón de los Condes de Saceda. Con este trabajo, y el de los días previos, la Ludoteca se encargó de decorar la Plaza del Ayuntamiento. Además, los padres de los niños y niñas que emplean ese servicio municipal prepararon una generosa merienda terrorífica con la que invitaron a todo el pueblo en los soportales del ágora.
Durante la función del terror, y a su término, hubo chocolatada, patatas asadas y limonada para quienes se acercaron a las iniciativas, así como un concurso de calabazas, en el que pudieron participar todos los almorcileños, presentando sus diseños. La mejor, fue elegida por votación popular.
Las actividades contaron con el patrocinio del Ayuntamiento de Almonacid. “Agradecemos a quienes han cedido de manera altruista su tiempo para organizar estos días de divertimento para todos, y, por supuesto, la participación del pueblo de Almonacid en todas las propuestas, en la que ha sido, sin duda, la más destacada edición de esta fiesta de Los Santos/Halloween desde que se organiza”, termina la concejala de Cultura.