La Caridad en Jábaga el día de Santa Teresa
La caridad es fruto del ofrecimiento que hace una familia determinada, o un ayuntamiento, para que el día del patrón, o de la patrona, un grupo de gente reciba algo para aminorar penurias que, con el paso de los años, se ha reducido a panecillos o a roscos de anís que, en su receta incluye huevos, leche, levadura, harina, azúcar, aceite, algo de limón y granitos de anís.
La historia de todo esto, de la caridad, tiene su origen desde el mismo momento del nacimiento de la iglesia, de la concepción religiosa, de hermandades y cofradías y del amor al prójimo como expresa Fray Santiago Cantera, monje benedictino, en su libro “Historia breve de la caridad y de la acción social de la Iglesia” que arranca analizando tiempos casi primitivos, pasando por el medievo y la etapa moderna en la que “no se olvidan figuras señeras de la caridad católica, como San Vicente de Paúl y San José de Calasanz, ni la evolución de los Montes de Piedad hacia su compaginación con las Cajas de Ahorro que comenzaron a surgir a partir del siglo XVIII”, siglo en el que se producen las primeras argumentaciones teóricas sobre el papel del naciente Estado en lo que, hasta entonces, había sido objeto prioritario de la Iglesia, que debía dirigir por mandato divino la práctica de la Caridad. También se abría paso, en el XVIII, la concepción utilitaria del pobre y muchas casas de misericordia se empezaron a transformar en casas de trabajo, a imitación del Hospicio de San Fernando, de Madrid.
En Cuenca capital, además de hacerlo en algunos barrios, fundamentalmente se reparte caridad en la festividad de san Antón y en la de san Julián y, en nuestros pueblos, como decimos, lo hacen familias enteras por ofrecimiento, como el caso de Jábaga, o por cuenta de ayuntamientos como ocurre en Huélamo, el día de la Virgen del Pilar.
Vídeo. la Caridad en Jábaga