Finaliza el Mad Cool con sensaciones encontradas tras cuatro jornadas agotadoras e intensas de música en directo, lo que más nos gusta en el mundo. Lo peor, sin duda, los dos kilómetros de vuelta andando de madrugada por el polígono Marconi hasta cualquier forma de transporte pública o privada, cuando ya el cansancio ha hecho mella en los extenuados cuerpos tras varias horas de pie. ¿No es posible otra ubicación más cercana? Añoramos la Caja Mágica, pero con una buena organización, que en esta edición funcionó a la perfección. Agradecimos mucho la profusión de baños, fuentes de agua y barras. Entre 49.000 y 57.000 personas acudieron al recinto Iberdrola Music, dependiendo de la jornada.
El miércoles 10 empezó por todo lo alto con un cartel de lujo formado por nada menos que Dua Lipa, The Smashing Pumpkins, Garbage, Nothing but thieves y Tom Odell, con hasta 23 actuaciones nacionales e internacionales. Sin duda la actuación más esperada era la de la estrella angloalbanesa, que en su segunda actuación en el Mad Cool convenció a su público al 100% con su nuevo álbum “Radical optimism” y su repaso a toda su colección de grandes éxitos.
Los icónicos The Smashing Pumpkins eran los más deseados por los nostálgicos, que con su “Tonight tonight” nos retrotrajo a otra época en la que éramos mucho más jóvenes, pero no necesariamente mejor. Un placer volver a ver esta banda liderada por el carismático Billy Corgan, que ya a finales de los 80 sorprendió a propios y extraños con su curiosa fusión de grunge, heavy, pop y rock alternativo.
La banda estadounidense Garbage, con ya más de 30 años de carrera a sus espaldas, también era muy esperada y no decepcionó a nadie, demostrando que siguen a la altura de su leyenda. Tom Odell demostró por qué es uno de los mejores solistas del pop británico.
La jornada del jueves 11 en el Mad Cool Festival resultó la más multitudinaria de todas con más de 57.000 asistentes que acudieron a ver las actuaciones de Michael Kiwanuka, Keane, Pearl Jam -el plato fuerte y el más esperado- y Greta Van Fleet, tras una primera jornada que había dejado el listón muy alto.
El estadounidense Michael Kiwanuka, con su distintivo estilo que fusiona soul, rock y folk, ofreció una actuación cargada de emotividad, acompañado de una impresionante banda, que acompañaba su cálida voz a la perfección. Sus interpretaciones conectaron con el público desde el primer momento, destacando canciones como «Cold Little Heart» y «Love & Hate», pese a lo temprano de la hora y el sol aún apretando.
La banda de pop-rock inglesa Keane, conocida por sus melodías melancólicas y letras emotivas, deleitó a los asistentes con un setlist que abarcó tanto sus grandes éxitos, como temas de sus primeros álbumes. Su presencia en el escenario demostró que, a pesar de los años, su música de estos veteranos sigue resonando entre sus fans, que se volvieron locos con su clásicos “Everybody´s changing” y “Somewhere only we know”.
Pearl Jam en el Mad Cool
Todavía están vivos. Haciendo honor a una de sus canciones más celebradas, Pearl Jam se presentó la noche del jueves en el Mad Cool y demostró, ante su legión de seguidores (mayores de cuarenta en su mayoría, eso sí), que siguen teniendo un directo poderoso y una colección de canciones que les sigue encandilando.
La actuación comenzó sufriendo la dispersión acústica inherente a todo festival. El viento parecía llevarse las palabras y el poderío de las guitarras iba y venía. Afortunadamente, cuatro o cinco canciones después, la cosa mejoró. El encadenado de hits de los noventa de la banda contribuyó a olvidar el tropiezo inicial y para Given To Fly el público estaba totalmente entregado.
Un entrañable Eddie Vedder también facilitó las cosas, empeñado en presentar a esos cuatro “amigos” con los que lleva más de treinta años sobre los escenarios, como viene siendo habitual en sus visitas a España, botella de Rioja en mano y “chuleta” en castellano en la otra.
Una vez recuperada la confianza, llegó el momento de ir introduciendo algunos temas de Dark Matter, el nuevo álbum que da nombre a la gira. Presentaron casi del tirón los cuatro que lo abren, alternándolos con la inolvidable Daughter, que dejó en evidencia que el público venía a lo que venía, a disfrutar sobre todo de los grandes temas de los primeros discos.
Tanto es así, que la banda pareció captar el mensaje y, después, ya solo tocaron dos temas más de Dark Matter y se entregaron definitivamente a un repertorio en el que apenas hubo cabida para temas posteriores al 2000 (a excepción de Unthought Known). Ya sea por contentar a un público siempre más ecléctico de un festival o porque, como muchos fans claman, ningún disco de las dos últimas décadas de Pearl Jam está a la altura de los de la primera, los de Seattle fueron desgranando casi todos sus grandes éxitos (salvo Jeremy), haciendo gala del virtuosismo de Mike McCready con la guitarra y de la cercanía de Vedder, que bajó a saludar al público y se mostró completamente encantado de visitar nuestro país, en el que cuenta con otros grandes amigos como Javier Bardem o Miguel Ríos.
Y así, tras una breve pausa después de Porch, hasta llegar al apoteosis final, con un cierre de concierto canónico en el que enlazaron Alive, Rockin In The Free World y Yellow Ledbetter. Más de dos horas de concierto que, sin ser excepcional, cubrió con creces las expectativas tanto de sus incondicionales como de los festivaleros que acudieron por nostalgia generacional, aunque lleven sin escucharles desde el 2000.
Todos amigos y todos vivos, hasta la siguiente gira.
Con su potente rock, los norteamericanos Greta Van Fleet demostraron ser una fuerza de la naturaleza con sus potentes riffs y la voz distintiva de su vocalista Josh, mostrando que el legado del rock clásico sigue vivo en las nuevas generaciones. Esta banda formada por tres hermanos, y que sorprendió a todos por su frescura y potencia cuando irrumpieron en 2012 en la escena musical, cerró la segunda jornada del Mad Cool Festival.
El viernes 12 fue sin duda el día más decepcionante y con el cartel más flojo, liderado por la banda italiana de glam rock Maneskin, que por sí sola no basta para sostener toda una jornada musical. La cifra de asistentes lo confirma con 49.000 almas – sin duda las más jóvenes de todo el festival- deambulando por el polígono Marconi. Incomprensiblemente, los italianos solo actuaron una hora y cuarto y tocaron dos veces su gran éxito, “I wanna be your slave”, algo del todo inusual, con el que concluyeron su escueta pero intensa actuación, que también incluyó sus hits “Supermodel”, “Bla bla bla” o “Beggin”.
Destacaron las actuaciones del mítico guitarrista de Rage Against the Machine, Tom Morello, con sus letras comprometidas y su potente música, que demostró que aún está a la altura de su leyenda, así como de The Breeders, que tras 30 años de trayectoria siguen resultando muy interesantes. También actuaron el norteamericano Alec Benjamin, la nueva líder de la música disco Jessie Ware y los canadienes Sum 41, con su punk-rock destatado.
La última jornada del Mad Cool fue la segunda con más público, que demostró que un cartel completo es más poderoso que un único cabeza potente. Los grandes triunfadores de la noche fueron sin duda The Killers, que con su líder Brandon Flowers encandiló a los asistentes con sus grandes éxitos como “Somebody told me”, “Mr. Brighside” o “When you were Young”.
Avril Lavigne, con sudadera y medias de lana pese al calor de la jornada, demostró que aún está en plena forma y convenció a sus fans con su punk-rock después de 20 años sin pisar Madrid. La británica Arlo Parks resultó emotiva y cautivó con su sonido suave y envolvente.
En definitiva, una edición del Mad Cool con luces y sombras, como es normal en todo gran festival, con una buena organización y esperando ya una nueva, pero deseando con todo nuestro corazón que se celebre en una ubicación más cercana y mejor conectada a cualquier tipo de transporte.