La ronda de Santa Catalina de Cuenca está cerrada al tráfico por obras. Ha comenzado la ejecución del proyecto que el gobierno de Castilla-La Mancha diseñó, para “facilitar la movilidad de las personas que viven en el casco antiguo” y hacer esta zona atractiva “para que más personas vengan a vivir”. El futuro acceso supondrá una inversión de más de 15,6 millones de euros con cargo a los Fondos del Plan de Recuperación, a través de los Next GenerationEU. Tendrá un plazo de ejecución de 32 meses y se compone de seis escaleras mecánicas y seis ascensores “para garantizar una accesibilidad universal”.
Según contó el ejecutivo regional, la obra tendrá el mínimo impacto visual, ya que se va a soterrar “lo máximo posible” el trazado de las escaleras mecánicas y los ascensores. Irán bajo las zonas verdes existentes y con un recorrido que se distancia de los edificios declarados Bien de Interés Cultural (BIC) y los rascacielos. El gobierno habló de “la integración arquitectónica y paisajística” del nuevo acceso “con el resto de edificios históricos y bancales existentes”.
Sin embargo, el proyecto ha comenzado su integración paisajística mediante la destrucción de todos los árboles. Desde la ronda de Santa Catalina se contempla el desastre: los árboles talados y los bancales transformados en un catálogo de horrores. Esta destrucción salvaje contradice el proyecto, es un desprecio a la ciudadanía y burla el compromiso del gobierno regional de proteger, preservar y potenciar el patrimonio de la ciudad de Cuenca.
Además, la destrucción de los árboles va en contra de la finalidad establecida por la Unión Europea que financia el proyecto. Según la Unión Europea, el NextGenerationEU está concebido para impulsar una Europa más ecológica. La finalidad del Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia (MRR), es apoyar la inversión y las reformas en los Estados Miembros para lograr una recuperación sostenible y resiliente, al tiempo que se promueven las prioridades ecológicas de la Unión Europea.
La irracional tala de árboles realizada en los bancales de la ronda de Santa Catalina no respeta las prioridades ecológicas europeas, viola la Constitución española y es una canallada ante la cual la ciudadanía no puede permanecer indiferente. Es un deber de la ciudadanía exigir a los poderes públicos que utilicen el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, respetando las finalidades ecológicas. Por lo tanto, como la ejecución del proyecto está yendo en contra de lo establecido en el Plan de Recuperación y resiliencia, procede recurrir ante las instituciones de la Unión Europea, para denunciar el atentado cometido en el casco antiguo de Cuenca por el gobierno de Castilla-La Mancha.
Opinión de Fernando Casas Mínguez.