Mañana se van a cumplir 900 años de la reconquista de Sigüenza, el 22 de enero de 1124, por lo que la ciudad fue consagrada al santo del día, San Vicente Mártir.
Como no podía ser de otra manera, el de este año, está siendo un San Vicente muy especial. El pasado domingo, se inauguraba un monumento, en hierro, obra del artesano Michel Redrado, conmemorativo del IX Centenario y de la hoguera. El martes, se presentaban, en la Ermita de San Roque, los menús conmemorativos del IX Centenario que han preparado 12 bares y restaurantes seguntinos, así como también un vino, elaborado especialmente para la ocasión, por la bodega cogolludense Finca Río Negro y un sello de correos.
A lo largo de esta semana, el Ayuntamiento de Sigüenza ha continuado con su iniciativa de acercar la celebración del IX Centenario a los escolares en la que ha sido la IV Semana Cultural Escolar Patrimonio de Sigüenza. Así, los niños y niñas de los centros educativos de la ciudad han recibido las boinas y típicas rosquillas de San Vicente. Como complemento, los alumnos harán, en los próximos días, una visita guiada al monumento conmemorativo para que conozcan su significado
En los días viernes y sábado se celebraba la XII Edición del Festival Segontia Folk, con sendos conciertos del grupo Triguiñuelas, para público infantil y familiar, y de Mosquera Celtic Band, con un extraordinario despliegue instrumental que prácticamente llenó el Auditorio de El Pósito.
Hoy, a las 13 horas, tenía lugar el Concierto Conmemorativo ‘Toque Manual de Campanas de la Catedral’, organizado por el Ayuntamiento de Sigüenza con la colaboración del Cabildo de la Catedral y de la Asociación Campaneros de Madrid. La UNESCO declaró, en 2022, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad el toque manual de campanas, que incluía el de Alustante, en Guadalajara, y una treintena de pueblos más.
Las campanas, tradicionalmente, daban avisos al pueblo, convocaban a la comunidad, marcaban los horarios de pasto o de rezo… Por todo ello, un grupo de 25 campaneros venidos de toda España -País Vasco, Valencia, Galicia, Madrid, Burgos o Zaragoza- han reproducido alguno de estos toques, procedentes de distintos lugares, de manera manual en el campanario de la Catedral. También ha participado Juan Gonzalo Somolinos, que fuera muchos años campanero de la Catedral de Sigüenza. Juan se ha emocionado cuando ha visto sonar todas las campanas de la torre en un evento del que ha sido protagonista.
A partir de las 16:30 horas, tenía lugar un partido de fútbol homenaje al IX Centenario del CD Sigüenza, frente al Recas CF, amenizado por los dulzaineros de La Pinocha, como contribución del club a la efeméride.
A esa hora, ya estaba preparada la gran hoguera de San Vicente, con un pino en su centro, y con naranjas colgando de sus ramas, en memoria del lugar donde fue martirizado San Vicente. Los actos religiosos y tradicionales, los organiza la Cofradía del santo, que integran en la actualidad 128 hermanos, cuya labor era reivindicada por la alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, este pasado lunes cuando se presentaron los actos del IX Centenario.
Los encargados de preparar la hoguera son los hermanos menores de la Cofradía, si bien desde hace años lo hace ya el personal del Ayuntamiento. En 2024 son hermanos menores Roberto García, Juan Vicente Blasco, Santiago Nicolás y Borja Lafuente. Y ya es tradición los cuatro inviten a almorzar a los operarios municipales en reconocimiento de su labor.
A las seis y media de la tarde, los párrocos de San Vicente, Juan Antonio Marco, y Jesús de las Heras, concluían la novena y el rezo de los gozos al santo. Después de la novena, los sacerdotes mostraron la reliquia del santo que se conserva en la iglesia románica.
Y mientras los seguntinos mostraban sus respetos a San Vicente, ya se escuchaba, en los aledaños de la Iglesia, el soniquete de la dulzaina y el tamboril. Y es que los gaiteros de la Cofradía de San Vicente, de Cuéllar y de Sigüenza, y los de La Pinocha, giraban a la derecha desde la calle Mayor para encargar con sus sones la Travesaña Alta y acompañar musicalmente el resto del ceremonial.
Terminado el oficio religioso, De Las Heras y Marco bendecían las rosquillas del Santo que, como es tradición, se venden en la Travesaña Alta, 6. A razón de cuatro euros la docena, se han despachado 650. Esta tarea se le encomienda siempre a la familia del hermano mayor saliente, que este año es José Sienes, siendo el entrante su hermano, Gustavo Sienes. Con el margen, la Cofradía paga los gastos de la fiesta. Un año más, las ha preparado, con su receta tradicional, que no tiene ningún secreto, aunque los tiempos y proporciones desde luego sí, la panadería Los Gustos de Antes.
Los hermanos menores también tienen el cometido de acompañar a los gaiteros y se hacen responsables de sus comidas. Cuando la hoguera bajó su intensidad, los niños cogieron los tizones, se untaron las manos, y después las caras, entre ellos primero, y también a todo el que se puso a tiro.
La alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, agradecía a los seguntinos de todas las edades “el calor con el que han recibido los actos, y su elevado nivel de participación en ellos, tanto los tradicionales como los novedosos”.
Mañana, la misa mayor la va a presidir, a las doce de la mañana, el nuevo obispo de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara, Julián Díaz Martorell, antiguo obispo de Jaca, en Huesca, lugar donde nació San Vicente, que además, cumple en estos días (19 de enero) 67 años. El martes próximo, 23 de enero, tendrá lugar el tradicional bibitoque.