Qué hacer. A dónde ir este mes de Mayo en Guadalajara
Con la llegada del mes de Mayo, el culto a la vegetación y al amor sufre un considerable aumento al pasar a tratarse de un culto mariano, dedicado a la Virgen, que protagoniza enramadas y letrillas desde la misma noche del 30 del Abril cumplido. Canciones que conocemos como “Mayos” pero que, también, guardan acepciones como plantar un árbol, colocar enramadas en las ventanas, emparejar mozo-moza, elegir la maya etc. Mayos y festividad de la Cruz de Mayo con la colocación de cruces en calles, ermitas o lugares varios de la población que dan paso a los Cristos y sus variadísimas advocaciones. Cristos y romerías en las que, los devotos, recorren ciertas distancias hasta llegar a las ermitas santuarios y, así, venerar sacando en procesión al patrón o patrona en una jornada de fiesta cargada de tradiciones que puede ser local, comarcal o provincial
Pastrana. Fiesta de los Mayos
La fiesta de los Mayos, en Pastrana, es Fiesta de Interés Turístico Provincial. La devoción a la cruz viene de principios del siglo IV. Dicen que Santa Elena, madre del emperador Constantino, descubrió el sepulcro de Cristo y cerca de éste tres cruces. Al no saber cuál era la de Jesús, el obispo de Jerusalén, San Macario, mandó llevar las tres cruces a casa de una matrona romana que estaba muriéndose y en presencia del pueblo y de Santa Elena hizo que a la moribunda se le posasen las cruces sanando milagrosamente al imponerle la tercera cruz. Esta fiesta empezó a celebrarse en Oriente y pronto se extendió a todas partes, en cada lugar añadiendo costumbres particulares.
En el caso de Pastrana hay en el pueblo siete cruces, las cuales tienen cada una el nombre del lugar donde se sitúa: la de la Plaza del Heruelo, sigue por la de la calle de las Monjas, Plazuela del Altozano, Plaza del Pilarejo, calles del Viento, Albaicín y Fuenperemnal. Son cruces de madera, colocadas en fachadas durante todo el año pero que se adornan para la ocasión con flores, hojas, estampas e imágenes a modo de altares. La fiesta empieza el 30 de abril a medianoche en la plaza del Ayuntamiento. Se reúnen vecinos, amigos y visitantes para escuchar a la Ronda de Pastrana, una ronda dotada de guitarras, bandurrias, laúdes y panderetas que ponen música a las voces que interpretan estos cantos a María. Son poesías y alabanzas a María Santísima, composiciones en estrofas de versos octosílabos. Tras el canto a la Virgen, la ronda sigue con jotas y seguidillas que el Ayuntamiento acompaña con pastas y limonada. A eso de la una se inicia el recorrido por todas las cruces, siempre encontrando a los vecinos rodeando una buena hoguera a la cruz de mayo de su barrio. Si por allí pasas, te agasajarán con dulces y vino y te cepillarán el atuendo, pero no olvides que es costumbre dar un donativo para la Cruz de Mayo.
Sigüenza. Marcha al Santuario de la Virgen der la Salud de Barbatona
Aunque está declarada como fiesta de Interés Turístico Provincial, más que una romería se trata de una marcha de claro matiz religioso que algunos años ha reunido a 10.000 personas. La primera marcha se realizó en 1.965 y, dado el éxito, desde entonces se celebra el segundo domingo de Mayo.
La leyenda cuenta que, en Barbatona, la Virgen se apareció a un pastor en las ramas de un pino en el siglo XI y, un siglo después, se levantó la ermita si, bien, la actual data del siglo XVIII.
Barbatona
Es un pequeño lugar de la provincia de Guadalajara, en las inmediaciones de Sigüenza, llegándose desde la capital del obispado por carretera, en cinco minutos, o a través del pinar.
El poblado está centrado por la ermita dedicada a Nuestra Señora de la Salud, que recibe veneración de los comarcanos desde hace siglos.
La devoción a esta Virgen tiene su origen remotísimo, nacido en los tiempos medievales en los que tantas imágenes se «aparecían», cuando en realidad lo que ocurría es que se encontraba alguna talla escondida anteriormente, por miedo a las invasiones árabes, entre algunas rocas o zarzas. Dice la leyenda, en este caso de Barbatona, que la Virgen se apareció a un pastor entre las ramas de un pino, y así las gentes de la región indicaban un árbol ya viejo y desgastado con el nombre del «Pino de la Virgen». El hecho es que la talla de María pertenece a la baja Edad Media, posiblemente del siglo XIII, pues en un estilo románico algo evolucionado aunque todavía simple y esquemático, está hecha.
Se hacen dos Marchas a Barbatona, desde Sigüenza: son los primeros domingos de mayo y de septiembre. Acuden miles de personas, con gran devoción, oyendo misa en la explanada, y visitando luego todos el templo y el camarín. Antiguamente, la profusión de exvotos y cuadro votivos era ingente y llenaba los muros del templo, las columnas y casi hasta las techumbres. Hoy se ha limpiado y sólo se mantienen aquellos más antiguos o curiosos. En otros pequeños cuadros de arte popular, que hoy rellenan dos paredes del templo mariano, vemos retratado el problema incesante de las desgracias, los accidentes y las enfermedades que acechaban a los pobladores de la tierra seguntina. Sobre, una cama pequeña o rica, junto a los familiares atribulados, yace el enfermo. Y en un ángulo de la escena, resplandeciente y coloreada, la Virgen se aparece trayendo la salud perdida.
Es muy curioso el estudio que ha hecho Eulalia Castellote Herrero sobre el conjunto de estos exvotos de barbatona. La mayoría de ellos son de un popular aire barroco. De los más antiguos es el que dice: “Año de 1737. Estando Esteban Arauz y Cámara mui a las últimas de una grabe enfermedad, le ofrecieron sus Padres a Esta Santa y Milagrosa Ymagen. En breve fue sano”. En otro de 1755 se retrata la primitiva ermita en su interior, pues se va a una madre y sus hijos ante un pequeño altar, y debajo se lee: «Allándose Francisca Yturmendi cuatro meses baldada y Manuel y Ramón de Aguas gravemente enfermos, se ofrecieron al mismo tiempo sus dos hijos a Nuestra Señora de la Salud, por cuia yntercensión fue su Magestad servido concedérsela y vinieron a su santa ca a dar las, devidas gracias el Año de 1755».
Azuqueca de Henares. Fiesta de la Espiga
La Fiesta de la Espiga volverá a recorrer el 15 de Mayo, festividad de San Isidro, las calles de Azuqueca -desde la plaza de La Constitución hasta el parque de La Ermita-, para revivir una de las tradiciones ligadas al pasado agrícola del municipio. Declarada de Interés Turístico Provincial, esta fiesta recupera una celebración que se ha mantenido, que se actualiza cada año con la incorporación de nuevos vecinos.
La fiesta arranca a las 19 horas en la plaza de La Constitución y los manojos de espigas y el mosto son transportados durante el recorrido por animales y personajes caracterizados de labradores que reparten los tradicionales bollos y la bebida entre la ciudadanía con paradas animadas por los dulzaineros azudenses. A través de la avenida de La Constitución, la calle Cuenca, el bulevar de Las Acacias y la calle Libertad, la comitiva llega hasta el parque de La Ermita donde se entregan las espigas.
Vídeo. Fiesta de la Espiga
Cobeta. Romería de la Virgen del Montesino
Cuenta la tradición que la Virgen se apareció a una pastora manca que iba en busca de unas ovejas perdidas. La Virgen hace el milagro de restituir a la pastora el brazo y le manda en busca del Capitán Montesinos, jefe de una guarnición del rey moro de Valencia. El militar moro ante este extraordinario hecho manda levantar la ermita en su honor.
En este hermoso lugar, junto al río Arandilla, entre escarpados riscos, se sitúa hoy una austera Ermita dedicada a la Virgen de Montesino. Asisten a la romería siete pueblos de la comarca con sus correspondientes cruces parroquiales que entrechocan, en señal de fraternal saludo y buena vecindad, sus banderas o estandartes de altísimas dimensiones: Anquela del Ducado, Aragoncillo, Cobeta, La Olmeda de Cobeta, Villar de Cobeta, Selas y Torremocha del Pinar.
Es una procesión que se conoce con el nombre de fiesta de la bandera o romería de las siete cruces y siete banderas, en la que al finalizar las siete vueltas de las cruces y las banderas alrededor de la ermita, se realiza una comida campestre muy animada.
Vídeo. Encuentro de las 7 banderas
Mirabueno. Romería de la Virgen de Mirabueno
En el centro del pueblo podemos encontrar la iglesia parroquial, de estilo renacentista rural edificado en el siglo XVI por maestros canteros seguntinos. Es de planta de cruz latina, con cuerpo central más elevado y contrafuertes laterales sujetando la gran bóveda. La puerta de entrada se abre al sur y tiene severas líneas renacentistas, la puerta está cubierta bajo un amplio pórtico sujeto por tres columnas que se alzan sobre altos y elegantes pedestales.
El entorno es perfecto para realizar todo tipo de actividades relacionadas con la naturaleza, senderismo, mountain bike, etc.
Entre las tradiciones de este municipio se encuentra la Romería, a la que acuden los pueblos de la comarca con sus cruces parroquiales al frente, que fueron invitados por el alcalde y el párroco de Mirabueno a través de unos emisarios de la virgen que anteriormente habían recorrido las tres veredas durante el mes de mayo.
Atienza. La Caballada
Imprescindible este reportaje:
La Caballada de Atienza es, sin duda, su fiesta más representativa. Conmemora un hecho histórico, ocurrido hace más de 850 años, en 1162, cuando Alfonso VIII, siendo aún un niño, era rey de Castilla y su tío, Fernando II de León, presionaba política y militarmente aprovechándose de la situación de minoría de edad de Alfonso para hacerse con la corona castellana. Las familias nobiliarias más importantes de la época, la de los Lara y la de los Castro, prestaban su apoyo de manera enfrentada a la causa de Alfonso (los Lara) y a la causa leonesa (los Castro). La primera de ellas condujo al joven rey castellano hasta Atienza y le resguardó tras sus murallas. Las tropas pro-leonesas sometieron entonces a la villa a un asedio, que se prolongó en el tiempo, hasta que la mañana de Pentecostés de 1162, la cofradía de arrieros existente entonces en Atienza ideó una estratagema para solucionar la situación: pidieron permiso para atravesar el asedio simulando realizar una romería a la cercana ermita de la Virgen de la Estrella y aquello sirvió de distracción a las tropas leonesas. Mientras tanto, las caballerías más veloces condujeron al rey niño hasta Ávila. De esta manera Alfonso VIII pudo conservar la corona castellana independiente de la de León.
Aquella gesta supuso el comienzo de la hoy conocida como fiesta de La Caballada, organizada actualmente por los herederos de aquella cofradía de arrieros, la Cofradía de la Santísima Trinidad. Ésta conserva documentación que acredita su presencia desde el siglo XII y se conservan sus libros de acuerdos y cuentas desde 1679.
La fiesta, declarada de interés turístico nacional, regional y provincial, se celebra todos los Domingos de Pentecostés si, bien, la cofradía se reúne tres días más al año:
- San Isidro. 15 de mayo.
- Domingo de Trinidad: domingo inmediatamente posterior al de Pentecostés.
- Sábado de la Cernina: sábado inmediatamente posterior al Domingo de Trinidad.
A estas fechas hay que unir el Sábado de las Siete Tortillas, víspera del Domingo de Pentecostés, en donde la junta directiva de la Cofradía (conocida como la Mesa) baja andando a la ermita para prepararla de cara a la fiesta del día siguiente. Es costumbre que dichos hermanos merienden siete tortillas, todas diferentes, en conmemoración de los siete días que, según la tradición, tardaron los arrieros atencinos en llegar a Ávila con Alfonso VIII.
Durante el fin de semana de La Caballada se celebran alrededor de la fiesta otra serie de actividades que complementan a las centenarias tradiciones de la Cofradía. Éstas son:
Pequecaballada. Actividades para niños pequeños relacionadas con La Caballada.
Concurso de fotografía. La cofradía organiza un concurso cuyo tema es La Caballada con fotos tomadas durante el fin de semana en cuestión. Los premios son cantidades de dinero en metálico y regalos de los negocios atencinos.
Jornadas gastronómicas. Durante todo el mes de mayo los restaurantes de Atienza ofrecen menús especiales inspirados en la fiesta de La Caballada.
Actuación musical y vino español para todo el pueblo. Al anochecer del Sábado de las Siete Tortillas, la Cofradía invita a merendar a todo el pueblo a tortillas, chorizo y vino en la plaza del Trigo. El aperitivo se acompaña con música castellana tocada en directo.