Vídeo. Cámara ultralenta
En este Vals para Cuenca, un chorro de agua en el jardín deja gotas que juegan a un billar invisible. Se rompen, suben, bajan y giran como minúsculos asteroides en un espacio finito que solo ve la cámara cuando graba a velocidades grandes.
En el Puente de San Pablo, un mechón de cabello rubio alerta de la presencia de un viento que deja rizos en las aguas del Huécar mientras, las rosas, se doblan bailando un vals cerca de una granada, aún en la rama. Un péndulo marcando un tiempo que apenas se mueve.
Hojas amarillas, rizos en el río, gotas de agua que se antojan copos en esta Cuenca en la que, si el viento y el agua modelaron un paisaje de cuento, ahora bailan un vals sin tocar el suelo.