Vídeo. Puesta en andas.
Las diez de la mañana era la hora en la que, parte del mundo nazareno, se citaba en la Catedral de Cuenca o en la iglesia de San Pedro para poner en andas a sus imágenes. Antes, las camareras, tuvieron que recoger los enseres destinados, en este caso, a Nuestra Señora de la Soledad que, hoy, nunca estuvo sola.
Después, los paños, pinceles y alfileres eran la excusa para poder estar, también en andas, tocar sus caras, clavar la mirada y colocar el mandil como lo hicieron nuestros mayores.