Con ocasión de la celebración de la efeméride del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, debemos tener presente a estas personas y sus familias que, en todo el mundo suman 1.300 millones y en España 4,74 millones de personas con discapacidad. Ello nos mueve a reflexionar sobre la realidad que viven estas personas y, a buscar todos los medios en defensa de sus derechos, mejorar su vida, promover su bienestar y participación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural. La OMS se suma a la celebración de este día, lo que refuerza la importancia para garantizar sus derechos, la participación de manera plena, igualitaria en la sociedad como los demás.
Nada de lo que les pasa a las personas más vulnerables, puede ser ajeno a una sociedad comprometida y justa con los derechos humanos. Decía (Nelson Mandela):»Privar a las personas de sus derechos, es poner en tela de juicio su propia humanidad». La discapacidad, es una condición humana que puede afectar a las personas en diferentes etapas de su vida y también un termómetro que muestra el grado de desarrollo y compromiso de un país, por lo que las personas con discapacidad no pueden ser abandonadas a su suerte, ya que son ciudadanos de pleno derecho, como todos los demás.
Por todo ello, los poderes públicos, las familias, las organizaciones y la ciudadanía tenemos el compromiso ineludible que la Convención de los derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU impone para proteger, asegurar y promover todos los derechos, libertades, y respeto a su dignidad, desde los principios de igualdad, inclusión y accesibilidad, como también manda el nuevo artículo 49 de nuestra Constitución.
No cabe duda de que la accesibilidad universal, es un gran reto, y una oportunidad, y es la llave que abre las puertas a la igualdad y la inclusión para defender todos sus derechos y no discriminación, con el fin de garantizar el acceso a todos los bienes y servicios, haciendo que el mundo sea un lugar para todos.
Para finalizar, apelamos a la fuerza y la unidad de todas las organizaciones y su liderazgo, por un futuro donde las barreras y los prejuicios no impidan el desarrollo de su vida cotidiana, y puedan vivir las personas con discapacidad, una vida con sentido, como todos los demás, de acuerdo a sus necesidades, sueños y valores que propicien en la persona una vida digna y feliz.
Por Isolina Martínez Pérez, Presidenta del Fórum de la Discapacidad de Cuenca.